Esta vez le toco el turno a Ivette Franchi, una paisana de Maracaibo, reconocida embajadora de la gastronomía zuliana.
Como he vivido poco en el Zulia decidí llevarme a esta degustación a dos expertos maracuchos con mucha credibilidad, mis padres.
La velada empezó con un fuerte abrazo de la chef, quien en todo momento nos atendió de maravilla. El acento maracucho llenó el espacio e inmediatamente nos sentíamos como en casa.
Pasamos a la sala, donde nos sentamos para empezar la degustación y la anfitriona, nos cantó la carta con platos muy conocidos para nosotros.
La entrada fue una degustación de platos emblemáticos de la región. Miniaturas Zulianas la denominaron y constaba de: Mandoca, Niño Dormido, Tumbarrancho, Bollo Pelón y Empanada de Mojito en Coco al estilo de Petit Fours. Mi preferido sin duda, el Tumbarracho, una arepa rebosada, nada light pero deliciosa. Fue como recordar mis andanzas por Maracaibo, bocado a bocado.
Después llego una sopa divina, un Caldo e coco con Camarones y plátano, patacón con pérnil y queso. Según la chef son sabores muy típicos de la costa oriental del lago. El mini patacón, tenia un toque de mostaza que realzaba el sabor, además muy bien presentado y la combinación de ambos platos, era excepcional.
El menú principal constaba opciones como: Estofado de Chivo con Fúnche, Pescado Embasurado y Risótto de plátano y Macarronada a la manera de Arita. Yo ordené el pescado, porque buscaba un sabor diferente y me llamaba la atención el nombre "Embasurado". Era un pescado blanco cocido a la perfección, en una especie de caldo saborizado y con el relleno por fuera. El Risotto de Platano era la cama y la combinación de sabores era la clave del plato. Un sabor diferente, pero muy rico.
Mi papá ordenó el Estofado de chivo. Particularmente, jamás me ha gustado el chivo ni en coco, ni en ninguna de sus preparaciones, pero este era una delicia. La carne, estaba sumanente blanda y delicada, sin el tipico sabor de las carnes de cacería, predominando aromas y sabores dulzones. Además el contraste con el funche, y no la polenta, como bien me corrigió la Chef mientras comentaba en twitter sobre la experiencia, le daba el toque dulce -salado que tanto me gusta. El Estofado de chivo fue la estrella de la noche. Puedo decir que gracias a Ivette Franchi, esa noche me gustó el chivo, por primera vez.
Llego la hora del postre y se sirvió una degustación de Majarete, Conserva de Plátano y Calabazate. Como no soy muy bueno en la dulcería criolla, recurrí a mi madre que es para mí una autoridad en golosinas zulianas. Sus comentarios fueron muy buenos, sobretodo con el Calabazate que es su dulce preferido. A mi todo me pareció muy rico, como bien demostró mi plato completamente limpio al final de la jornada.
Para un zuliano que tienen tiempo sin visitar su tierra, el festín gastronómico de esa noche fue sencillamente fastuoso. La combinación de aromas y sabores, que sin dudas están en los genes de quien escribe, retumbaron como un amanecer gaitero en plena feria de la Chinita. Particularmente percibí no solo la excelente técnica en la elaboración y cocción de cada uno de los platos que disfrutamos, si no una verdadera explosión de orgullo y zulianidad en cada bocado. Impresiona la pasión de Ivette Franchi cuyo objetivo es el de "que cada persona del mundo se coma un patacón".
Para mi es un orgullo como zuliano y como venezolano que se den muestras del gran nivel de nuestra gastronomía sin menospreciarla y colocándola a la altura de las mejores del mundo. Nuestros sabores son nuestra identidad y debemos empezar por conocerlos y apreciarlos, para después llevarlos al mundo entero y lograr la tan ansiada internacionalización. Aplaudo la iniciativa de la Posada Palotorcido y la Chef Ivette Franchi.
Contactos Twitter:
@Palotorcido
@IvetteFranchi